Disfrutalo...

jueves, 23 de diciembre de 2010

Luto.

Nunca, jamás, creí que me iba a doler tanto.

Ni siquiera pasé mucho tiempo con ella, no la veía muy seguido, pero eso si, cada que la veía la chiqueaba como se merecia y hasta donde ella se dejaba.
Me llamó Daniel diciendo que algo le había pasado, al principio me disgusté pero no me preocupe tanto, cuando llegué a su casa y la vi me asusté mucho y lo primero que hice fue tomarla entre mis brazos, se veía su sufrir. La llevé de inmediato a que la revisaran y después de un rato me dijeron que estaba bastante grave, que la colocara en un lugar calido y que dejara pasar un rato para después darle el medicamento.

Cuando llegué a casa de Daniel de nuevo empezó a moverse aceleradamente, y yo comenzé a acariciarla para que se tranquilizara, le hablaba entre susúrros para relajarla pero parecía no funcionar, fue entonces cuando se empezó a retorcer y a escupir el medicamento que ya le habían dado, entonces yo sin dejar de acariciarle me dí cuenta de que tenía que despedirme.

En secreto le dije que ya se podía ir, que la quería y que ya no tenía caso seguir sufriendo. En ese momento dejó de respirar, me quedé en silencio y la cargué dándole un pequeño beso.

Mis dos mejores amigos estaban ahí conmigo y me abrazaron, no pude contenerme y solté las lágrimas. Me impresioné bastante, pues no creí que me fuera a doler de ese modo.

Para mi, era el cuyo más hermoso y hoy, partió hacia las estrellas.
Te extrañaré Tapioca <3


Preciosa.

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